Aún en medio de la pandemia a causa del Covid-19,
la Armada de Colombia, continúa trabajando comprometidamente en la preservación
del medio ambiente, garantizando el nacimiento y posterior liberación de más de
2600 especies de tortugas marinas, que durante este segundo semestre del año
realizan su proceso de anidación en las islas menores ubicadas al norte y sur
de la región insular.
Además de evitar la afectación por factores
ambientales como el sol, la lluvia y aves de rapiña, la incansable labor que
realizan los Infantes de Marina del Batallón de Policía Naval Militar No. 11,
incluye la identificación, señalización y protección de alrededor 94 nidos y
cientos de huevos de tortugas ubicados actualmente en las islas Cayo de
Albuquerque, Bolívar, Serrana, Serranilla y Roncador.
Estas especies, entre las que se encuentran las
tipo “Caretta Caretta”, comúnmente conocidas como Tortugas Cabezonas, las
“Eretmochelys Imbricata” conocidas cómo Tortugas Carey, las “Chelonya Mydas”
conocidas cómo Tortugas Verdes y las “Dermochelys Coriacea” conocidas cómo
Tortugas Baula, son recibidas anualmente por personal de la Institución Naval,
quienes efectúan un seguimiento al proceso de anidación con el apoyo de
autoridades ambientales como la Coralina y la Fundación Tortugas del Mar, en un
esfuerzo encaminado a la protección ambiental de la Reserva de Biosfera
Seaflower.
Gracias a la constante presencia de la Armada de
Colombia en las islas menores del Archipiélago estos nidos de tortuga son
monitoreados de manera permanente debido a la sinergia operacional entre tripulantes
de los puestos navales avanzados, ubicados en los cayos y unidades de las estaciones
de guardacostas de San Andrés y Providencia, lo cual permite, que estas
pequeñas tortugas nazcan en óptimas condiciones para luego ser regresadas a su
hábitat natural, en donde cuentan con las condiciones necesarias para su
crecimiento, supervivencia y desarrollo.
La Armada de Colombia a través de la Fuerza Naval
del Caribe, ratifica su compromiso con los diferentes programas trazados por
las autoridades ambientales del archipiélago, teniendo siempre en cuenta la
concertación y la participación con la comunidad isleña, en aras de trabajar en
los planes e iniciativas que buscan la protección de la Reserva de Biosfera
Seaflower, la regulación y control en el uso de los recursos naturales, en el
marco de las políticas públicas ambientales, garantizando la sostenibilidad de
los ecosistemas marinos y su calidad de vida.