APARECEN LAS ESPECIES QUE HACEN HONOR A LA EXPEDICIÓN
Un cangrejo de aproximadamente 10 centímetros de largo, con el cuerpo
pintado de naranja y el dorso de coloraciones negras y púrpuras, es una de las
especies más emblemáticas para las comunidades raizales del archipiélago de San
Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Se trata del cangrejo negro (Gecarcinus ruricola), un crustáceo que en
Colombia sólo habita en el bosque seco tropical del archipiélago y el cual
cumple el rol de aportar nutrientes y salud a los suelos de las islas. Además,
representa un alto valor cultural y gastronómico para la población.
Antes del paso del huracán IOTA, el cangrejo negro ya se encontraba
bastante impactado por la expansión urbana, la reducción de su hábitat y la
captura excesiva en Providencia, un panorama que se tornó aún más crítico
debido a los impactos generados por los fuertes vientos en los ecosistemas de
la isla, como afectaciones en el 90 por ciento del bosque seco tropical.
En el segundo día de Cangrejo Negro, expedición en la que cerca de 30
expertos del Sistema Nacional Ambiental (SINA) estudiarán los principales
ecosistemas de Providencia, esta especie fue registrada en una zona boscosa del
embalse Fresh Water Bay.
Gecarcinus ruricola es un cangrejo de hábitos principalmente nocturnos,
aunque durante su temporada reproductiva se puede observar activo en el día. Se
alimenta de hojas, frutos, brotes de plantas y materia orgánica en
descomposición, y es una especie que pasa casi la totalidad de su vida en
tierra; en el mar no vive más de dos o tres semanas como larva.
“La migración del cangrejo negro va desde abril a julio cada año. En
abril, las hembras ingresan al mar para desovar, y en época de lluvia, cuando
sube la marea y hay luna llena, los cangrejos juveniles llegan a tierra. Entre
mayo y julio es cuando más abunda la especie en los ecosistemas terrestres del
archipiélago, meses en los que se registra el mayor pico de la migración”,
afirmó Carlos Lasso, investigador del programa de ciencias de la biodiversidad
del Instituto Humboldt.
MONITOREO
Según Sheily Orozco Archbold, ecóloga de la isla que trabaja con el
Instituto Humboldt, desde hace varios años se realizan monitoreos de la especie
en 81 puntos de Providencia y Santa Catalina. “Debido al huracán, no tenemos
acceso a algunas zonas. Sin embargo, hemos ido a varios puntos claves en el
suroeste donde evidenciamos la presencia del cangrejo”.
Para la experta, el huracán impactó considerablemente el hábitat del
cangrejo, es decir el bosque seco, pero considera que su población no se vio
tan afectada. “A esta especie le gusta estar entre los troncos de los árboles
caídos y raíces. La problemática en la isla es la presión de captura por parte
de la población. Además, la migración de los juveniles no se ve cada año, y
últimamente se registra en cantidades bajas”.
El cangrejo negro tiene un porcentaje alto en la economía de la isla.
Según Orozco, más de 100 familias dependen de este recurso natural. “Con la
veda se aplican medidas de control, pero no son suficientes. La mayor parte de
la producción, es decir la carne y muelas, es llevada a San Andrés para su
comercialización. Por temporada se alcanzan a sacar hasta un millón de
cangrejos, de los más de tres millones que llegan en la migración”.